de pronto tus labios, pulpa, jugo, el sol, fuego y éxtasis

sediento probarlos, saciándome de tu inocencia

de la enorme sensación del amor suave y dulce

quieto con toques precisos subiendo

para bajar sin preaviso arremetiendo con frases poéticas

al sentir de los corazones

de las pieles calientes, de los versos de amor

de los deseos que en suspiros entrelazan la realidad

a solas, cena, manzana, corteza fina, el camino de las lenguas

sin miedo al sacudón, a lo alto, al marco de la puerta

sobre la mesa lo liso, la posdata entre rimas

con la llave ardiente, a pasos punzantes, al rígido hueso

a la acolchada simpatía

para el zumbido, una retirada estrecha

para un avance ancho, recto y certero

a la poesía erótica, a lo sublime del romance

al suspenso de un amorío

a la sensualidad de una promesa