Mis Dos Perras
Mis Dos Perras
A una la conocí en el parque, Las luces aún estaban encendidas, claro está que ya era un poco más de las seis am.
“¿cómo así no había dicho que estaba oscuro?” dice un hombre cerrando la puerta de una oficina.
Otro hombre que está sentado detrás de un escritorio pasa varias veces el dedo índice, que es más ancho antes de llegar a la uña, sobre la misma línea del texto.
“Recuerdo como le brillaba la cabeza puesto que la bombilla se veía incandescente porque todo estaba nublado, demasiado oscuro y ella parecía estar temblando,”
“Ja,” dice el hombre quien se acerca y arrastra una silla que estaba en uno de los rincones.
El hombre detrás del escritorio levantar una ceja y sigue leyendo.